Eres Amada

open.spotify.com/episode/57dDRghh4UDjaqbLjH2Y0l

Mis imperfecciones

✨ “Mis imperfecciones nunca anularán las promesas de Dios.” ✨
Este mensaje nos recuerda que, aunque no somos perfectos y cometemos errores, Dios no retira ni cambia sus promesas hacia nosotros.
Su fidelidad no depende de nuestra perfección, sino de su gracia y amor incondicional.
🔹 A veces pensamos que nuestros fallos nos descalifican, pero Dios sigue viendo en nosotros propósito.
🔹 Él cumple lo que prometió, incluso cuando sentimos que no somos dignos.
📖 La Biblia dice: “Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.”
—2 Timoteo 2:13

Prioridades que agradan a Dios

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
— Mateo 6:33

En un mundo lleno de preocupaciones —por el dinero, el trabajo, la familia o el futuro— Jesús nos invita a invertir nuestra energía en lo eterno: buscar el Reino de Dios. Esto significa poner a Dios en el centro de nuestras decisiones, pensamientos y deseos. No se trata solo de orar o ir a la iglesia, sino de vivir cada día con una conciencia de Su presencia y Su propósito.

Cuando Dios ocupa el primer lugar, todo lo demás encuentra su lugar. Las añadiduras —la provisión, la salud, la paz, la dirección, las oportunidades— son el resultado natural de un corazón alineado con el cielo.
No es una promesa de riqueza, sino de plenitud y provisión divina para quien confía primero en Su voluntad.

Buscar el Reino no es una acción ocasional, sino un estilo de vida. Es despertarse cada día preguntando:
“Señor, ¿cómo puedo agradarte hoy?”


“¿Qué parte de Tu Reino puedo reflejar en mi familia, mi trabajo o mi ministerio?”

Cuando esta búsqueda se vuelve constante, nuestra vida cambia: la ansiedad se convierte en paz, la escasez en confianza y las dudas en propósito.

Tu fe te ha salvado

Dios no puede ser burlado

📖 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” — Gálatas 6:7

En un mundo donde muchos creen que pueden ocultar sus intenciones o manipular las consecuencias de sus actos, la Palabra de Dios nos recuerda una verdad inquebrantable: Dios ve más allá de las apariencias. Nada escapa a Su mirada. Él conoce el corazón, las motivaciones y las acciones de cada persona.

A veces parece que los injustos prosperan, que los que mienten o engañan salen ganando, pero la Biblia afirma que todo lo que el ser humano siembra, cosechará. Quien siembra amor, recibirá amor; quien siembra odio, recogerá dolor. Quien siembra fidelidad, hallará favor; pero quien siembra engaño, encontrará juicio.

Esta no es una palabra de condena, sino de advertencia y misericordia. Dios nos da tiempo para arrepentirnos, para corregir el rumbo y comenzar a sembrar en el Espíritu, no en la carne. Cada decisión es una semilla: ¿qué tipo de cosecha deseas ver en tu vida?

🌿 Reflexiona hoy:

¿Estoy sembrando lo que quiero cosechar? ¿Estoy viviendo con integridad delante de Dios y no solo delante de las personas?

Oremos juntos…

“Señor, enséñame a vivir con un corazón sincero delante de Ti. Que mis palabras, pensamientos y acciones reflejen Tu verdad. Ayúdame a sembrar justicia, amor y obediencia, para que mi cosecha sea agradable ante Tus ojos. Amén.”

El amor de Dios hecha fuera todo temor

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” — 1 Juan 4:18

El temor es una de las cadenas más fuertes que el enemigo usa para detenernos. Temor al fracaso, al rechazo, a la pérdida, al futuro… Pero el amor de Dios no solo nos consuela; nos libera. Cuando conocemos verdaderamente cuánto nos ama el Padre, el miedo comienza a perder su poder, porque comprendemos que no estamos solos ni desamparados.

El amor de Dios no es un sentimiento pasajero, sino una verdad eterna: Él nos amó primero, antes de que le buscáramos, antes de que hiciéramos algo para merecerlo. Ese amor nos cubre, nos perdona y nos sostiene aun cuando no entendemos el camino.

El temor se disuelve en la presencia del amor

Cuando dejamos que el amor de Dios habite en nuestro corazón, el temor no puede permanecer. Es como la oscuridad frente a la luz: no puede resistir. Por eso, cada vez que el miedo toque tu puerta, respóndele con la fe de que eres amada, escogida y guardada por un Dios que nunca falla.

El amor de Dios nos recuerda que pase lo que pase, todo está bajo Su control. Él no permite nada fuera de su propósito y todo lo que ocurre, incluso lo doloroso, puede transformarse en bien para quienes le aman.

Oremos juntos..

Señor, enséñame a confiar plenamente en tu amor. Que tu perfecta paz llene mi mente y mi corazón, y que todo temor sea echado fuera por la certeza de que Tú estás conmigo, me proteges y me sostienes.

Quiero caminar cada día en el poder de tu amor, libre de miedo, segura en tus brazos. En el nombre de Jesús, amén.

🌸 ¡Buenos días en este bello lunes de octubre! 🌸

Que este nuevo amanecer traiga a tu vida renuevo, esperanza y dirección divina.
Recuerda que cada semana es una nueva oportunidad para creer, avanzar y confiar en que Dios sigue obrando, aunque aún no veas el resultado.

✨ Versículo para hoy:

“Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.”
— Salmo 118:24

💛 Que tu lunes esté lleno de paz, propósito y presencia de Dios.
Que cada paso que des hoy sea guiado por Su amor y que octubre sea un mes de victorias y testimonios.

Bendiciones 🌷

Escoge tus batallas

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”
— 1 Corintios 10:23


En la vida enfrentamos muchas situaciones que nos provocan, que nos tientan a reaccionar, a defendernos, a pelear por tener la razón. Pero no toda batalla merece nuestra energía, ni todo conflicto merece nuestra atención.
Dios nos llama a ser sabios y discernir qué batallas vale la pena pelear. No porque no tengamos fuerza, sino porque sabemos que nuestra paz es más valiosa que demostrar que tenemos la razón. Jesús mismo fue ejemplo de esto: no respondió a toda acusación, no se defendió en cada injusticia. Él sabía cuál era su propósito, y nada lo sacó de su enfoque.
A veces peleamos con palabras que no edifican, con personas que no quieren cambiar, con situaciones que solo desgastan. Es ahí donde debemos hacer una pausa y preguntarnos:
¿Esto me edifica? ¿Trae gloria a Dios? ¿Vale la pena perder la paz por esto?
Elegir nuestras batallas no es señal de debilidad, sino de madurez. No se trata de rendirse, sino de saber qué cosas vale la pena enfrentar y cuáles simplemente debemos soltar y dejar en manos de Dios.
Oremos:
Señor, dame sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo guardar silencio. Enséñame a escoger bien mis batallas, para no desgastarme en lo que no edifica. Quiero ser guiado por Tu Espíritu y caminar en paz, sin dejar que nada ni nadie me robe la calma que Tú me das. Amén

Unete a mi canal de WhatsApp

https://whatsapp.com/channel/0029VajFbDs1t90jITe75s18/212

𝙳𝚎𝚟𝚘𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕: 𝙻𝚊 𝙰𝚖𝚊𝚋𝚒𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍